El bienestar es un estado que se genera cuando una persona es capaz de conectar a través del cuerpo con cualidades de su Ser que son de una increíble belleza y calidad y de sostener dicha conexión a través de sus elecciones.
El término bienestar suele estar asociado al progreso material y a las mayores capacidades de realizar elecciones que esto permite. Esta aproximación, sin embargo, tiene algunos problemas:
No solemos hacer el mejor uso posible de dicha capacidad de elección. Eso afecta nuestro bienestar y, por ende, a nuestro cuerpo. Como resultado, su capacidad para responder a los avatares de la vida con energía y vitalidad no es la que podría naturalmente ser. Por ello, ese cuerpo suele requerir apoyo externo (cafeína, azúcar, alcohol, etc.) para poder funcionar ‘normalmente’.
Al pensar en el bienestar en nuestras vidas, solemos hacer un ejercicio de reduccionismo y dejamos de lado todo aquello que contradiga la imagen en la que aspiramos a convertirnos
Tendemos a juzgar el bienestar en base a una escala de valor que ha normalizado lo que no es normal.
¿Qué es el bienestar?
El bienestar es un estado que se genera cuando una persona es capaz de conectar a través del cuerpo con cualidades de su Ser que son de una increíble belleza y calidad y de sostener dicha conexión a través de sus elecciones.
Conectar con dichas cualidades y aceptarlas como parte de uno permite generar el espacio interno para ir profundizando el aprecio por la totalidad que uno verdaderamente es y para ir ajustando la forma de vivir de manera de poder disfrutar lo más posible de dicho estado.
El bienestar es, por tanto, un estado que no sólo nos llama a ser más, sino que también nos invita a serlo para disfrutar lo más posible de ello.
Esta forma de entender el bienestar presenta algunas ventajas importantes:
No restringe la posibilidad de bienestar a aquellas personas que poseen medios materiales a su disposición. Tampoco minimiza el aporte del progreso material al bienestar. Sin embargo, no es éste su razón primera ni su razón última.
Relaciona de forma clara bienestar con las elecciones que realizamos.
Hace del bienestar algo tangible y palpable e incluye al cuerpo como un elemento clave en la ecuación. El bienestar es algo que se vive y también algo que es posible sentir.
Nos comunica que su principal sostén es cómo vivimos.
Nos informa que no existen límites objetivos al bienestar, más allá de los (auto-) impuestos por nuestra forma de vivir.
Nos ofrece algunas de las claves del camino al bienestar
Nos enseña que los fundamentos del bienestar ya existen dentro nuestro.
Esta conceptualización nos ha permitido llevar a cabo acciones innovadoras con diversos colectivos y situaciones para ayudar a la gente de forma específica y personalizada según sus necesidades. Estas acciones les han permitido ser más conscientes sobre el valor de sus elecciones y el impacto de las mismas sobre el cuerpo. Como resultado de lo mismo, han logrado aprender de sí mismos y a asumir responsabilidad en materia de generación de bienestar.
Eduardo Feldman
